| |
El Instituto de Diagnóstico Cardiovascular La Plata, ha creado un nuevo espacio dedicado tanto a la rehabilitación, el cual se vale de las siguientes herramientas indispensables:
Programa personalizado de actividad física: Llevado a cabo por profesores de educación física, especializados en rehabilitación cardiovascular.
Control médico constante.
Formación de un equipo multidisciplinario, que además de médicos cardiólogos y profesores de educación física, incluye: Nutricionista y Psicólogos/Psiquiatras, con los cuales se tendrán tres visitas programadas a lo largo del período de rehabilitación.
Charlas educativas acerca de distintos factores de riesgo, que serán dictadas por profesionales de distintas áreas como: Cardiología, Nutrición, Neumonología, etc. Sus objetivos son saber cuáles son tales factores de riesgo, su incidencia, y la forma de modificar conductas y hábitos nocivos a la salud.
FASES DE LA REHABILITACIÓN CARDÍACA
FASE 1:
Se aplica al paciente internado, con educación terapéutica farmacológica y/o
de revascularización, tratamiento de complicaciones, evitando así los resultados adversos
que produce el reposo prolongado. Por lo tanto, se utiliza la movilización precoz a
cargo del enfermero, kinesiólogos, profesores de educación física, soporte nutricional,
siempre bajo el control del médico cardiólogo.
Previo al alta, el riesgo del paciente es estratificado en alto, moderado o bajo.
FASE 2:
Inmediatamente después del alta hospitalaria, se trata de reintegrar al paciente
en su ámbito familiar-social-laboral, conti-nuando con apoyo psicológico. Se finaliza
esta etapa con un estudio de estratificación máximo (ergometría o cámara gamma)
para definir así protocolos de trabajo, que serán indicados por su médico de cabecera.
Se llevará a cabo una primer entrevista tanto con un psicólogo/psiquiatra como por una
nutricionista.
FASE 3 O DEL GIMNASIO:
Una vez controladas las variables vasculares y estratificado el riesgo del paciente, se comenzará con actividad física progresiva bajo la vigilancia permanente de médicos cardiólogos, midiendo:
frecuencia cardíaca, tensión arterial, monitoreo cardíaco y saturación de oxígeno.
Se organizan pequeños grupos de pacientes, según el nivel de riesgo.
El tipo de actividad sugerida es principalmente aeróbica con una frecuencia de por lo menos tres veces por semana.
Cada sesión tiene una entrada en calor de tres a cinco minutos seguido de calistenias, entrenamiento aeróbico, variando la carga para cada paciente de acuerdo a su capacidad. Dicha actividad es realizada en cintas o bicicletas, seguidas de ejercicios físicos, levantamiento de pesas, y relajación en los últimos minutos finales de cada sesión.
Las sesiones se realizarén tres veces por semana para cada grupo siempre con actividad física recreativa complementaria y bajo supervisión médica continua.
FASE 4: Permite mantener en el proceso de entrenamiento, los beneficios de etapas anteriores pudiendo realizarse mientras no aparezcan síntomas.
UN POCO DE HISTORIA…
Hasta los años ‘50, el paciente que había padecido un Infarto Agudo de Miocardio (I.A.M), seguía un tratamiento que consistía en dos meses de reposo absoluto, lo cual producía complicaciones tales como: Trombosis Venosa Profunda, Embolia Pulmonar, Arritmias Cardíacas, Atrofia Muscular, etc., razón por la cual se comienza a utilizar la movilización cada vez más precoz de estos pacientes, disminuyendo dichas complicaciones y produciendo resultados benefi-ciosos en ellos. Esto se traduce en estadías breves en hospitales, dado que en la actualidad un IAM sin complicaciones es dado de alta en promedio de tres a cinco días.
Se ha demostrado el valor de la actividad física para provocar el descenso de los niveles de tensión arterial, colesterol, glucemia, disminución de la agregación plaquetaria, disminución de la ansiedad, aumento de la respuesta fibrinolítica, mejor respuesta sexual, disminución de la osteoporosis, así como la liberación de endorfinas que mejoran el estado de ánimo. |
|
